Àlvar Sánchez, en su despacho de la Universitat Autònoma de Barcelona, finalista en la tercera edición del premio Vanguardia de la Ciencia, con sus colaboradores Carles Navau (con camisa de cuadros) y Jordi Prat (con barba)
En una investigación que acerca la ciencia a la magia, físicos de la Universitat Autònoma han logrado que un objeto se vuelva invisible. La ciencia buscaba la fórmula de la invisibilidad desde que el inglés John Pendry demostró en 2006 que era teóricamente posible conseguirla. Pero de la teoría a la práctica había un abismo. Hacían falta materiales tan sofisticados que parecían fuera del alcance de cualquier laboratorio. Àlvar Sánchez se dijo que, en lugar de buscar la invisibilidad a la luz, sería más sencillo empezar por la invisibilidad a un campo magnético. Después de meses de trabajo con sus colaboradores Carles Navau y Jordi Prat, dieron con la fórmula. “Fue un momento eureka”, recuerda. Aunque ser invisibles a la luz aún no es factible, serlo al campo magnético puede tener aplicaciones prácticas importantes, como proteger los marcapasos e implantes cocleares para que las personas que los llevan pueden hacerse resonancias magnéticas.